El agua es vida. Para los niños, es aún más esencial: impacta su energía, concentración, estado de ánimo y salud general. Sin embargo, lograr que tomen suficiente agua todos los días puede ser un reto para padres, maestros y cuidadores. A menudo prefieren jugos, refrescos o simplemente se olvidan de tomar líquidos. Aquí es donde los adultos juegan un papel clave para cultivar hábitos saludables desde pequeños.
A continuación, compartimos información y consejos prácticos para lograr que los niños se mantengan correctamente hidratados.
¿Cuánta agua deben tomar los niños?
La cantidad de agua que un niño necesita varía según su edad, nivel de actividad física y el clima. De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría y datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), las recomendaciones generales diarias son:
Es importante recordar que parte del agua diaria también proviene de alimentos como frutas,
sopas y vegetales.
Síntomas comunes de deshidratación infantil.
Los niños no siempre expresan que tienen sed, y muchas veces no notamos señales tempranas de deshidratación. Estar atentos a ciertos síntomas puede ayudar a prevenir complicaciones:
Estas señales suelen ser ignoradas o atribuidas a otras causas. Sin embargo, en muchos casos, la solución está en algo tan simple como tomar más agua durante el día.
Ideas para que los niños quieran tomar más agua.
Lograr que los niños se hidraten puede ser divertido si usamos creatividad y constancia. Aquí algunas estrategias efectivas para motivarlos:
1. Botellas divertidas y personalizadas.
Permitir que elijan su botella reutilizable con colores, personajes o stickers hace que sientan el agua como algo suyo. Algunas botellas tienen marcas que indican metas (“¡Ya casi llegas!”), lo que añade un componente de juego.
2. Infusiones de frutas naturales.
Agregar sabor sin azúcar es fácil: basta con añadir rodajas de naranja, fresa, pepino o hierbabuena al agua. Estos sabores suaves hacen que el agua sea más atractiva sin perder sus beneficios.
3. Establecer “horarios de agua”.
Incorporar la hidratación en momentos clave ayuda a formar el hábito:
4. Dar el ejemplo como adultos.
Los niños imitan lo que ven. Si nos ven tomar agua con frecuencia, ellos lo adoptan como parte natural del día.
El papel de los adultos: crear hábitos duraderos.
Padres, madres, maestros y cuidadores son los principales modelos y facilitadores del entorno donde los niños aprenden. Algunas acciones clave que podemos tomar:
Agua segura = confianza y salud.
El acceso a agua potable es clave. En muchos hogares y escuelas de Guatemala, Ecofiltro cumple ese rol al brindar agua limpia sin necesidad de hervir ni comprar botellas plásticas. Esto no solo protege la salud, también es más económico y sostenible.
Cuando el agua está al alcance, es segura y tiene buen sabor, los niños la consumen con más facilidad. Además, reduce la exposición a enfermedades gastrointestinales, mejora la digestión y promueve el desarrollo físico y mental.
Un niño bien hidratado es un niño más saludable, activo y feliz. Como adultos, tenemos la responsabilidad —y la oportunidad— de enseñar y facilitar este hábito vital desde los primeros años. Con estrategias simples, amor y constancia, podemos lograr que el agua sea parte
natural de su vida.
En cada vaso de agua limpia ofrecido con cariño hay una inversión en el presente y futuro de nuestros niños.
¡Hidratarlos es amarlos!